Caballero, sin espadas ni somieres,
caballero como digo...
en la cúspide de mi dsevelo
anduvo creciendo el árbol,
de postura desviada y contenida;
yo silbaba en sus raíces...
suave, como las langostas,
que miran el maíz
con la cabeza levantada.
Caballero, sin tesoros ni talleres,
caballero como digo...
obervemos todos los pedazos
de la carne desarmada,
las hiedras que cocechamos
a mansalva...en nuestras arcas;
dueños de ese puñado de penurias
que se pegan al primer hervor...
vapor.
Caballero, sin protocolos ni niveles,
caballero como digo....
si hácía siglos que venía
atardeciendo el oeste.
Las golondrinas se olvidaron
del verano en marzo.
Los árboles en los jardines de barrio,
los frutos en la boca de los perros
y yo con las manos frías.
Caballero, sin tesón ni palabrería,
caballero como digo...
el salado de los falsus manjares,
esas bocántaros de infamias,
con las cerda dsepeinada;
en la humedad de
las paredes sin reboque,
amanecí en el cielo, de paso el puente,
de cuentos, manos,
y canciones desesperadas.
19/5/09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario